sábado, 4 de octubre de 2008

Homo sibi Deus.

El hombre es para sí su realidad, su derecho, su mundo, su Dios. Este es el significado del título y la consecuencia del proceso de secularización en todos los ámbitos iniciado en la Ilustración y culminado en el "Dios ha muerto" nietzscheano.
Todo sistema político, económico y social se funda en una determinada concepción del hombre; según se haga predominar en él una característica u otra se tenderá a un sistema de un color u otro. En estos convulsos dias tenemos en juego el concepto establecido de hombre; cada vez se pone más en duda que la libertad sea el elemento fundamental del hombre sobre el que deba organizarse nuestra sociedad -ojo con la vuelta del facismo y la renuncia a la libertad por seguridad- pues de ello se derivan sistemas como el norteamericano, donde en respeto de dicho concepto y en beneficio de los que poseeen dinero, se eliminan barreras dentro del sistema que perturben la libertad. Todo por la libertad; si algo limita es necesario eliminarlo y el campeón de las limitaciones es el Estado, -conoced a Nozick y comprendereis el concepto de estado norteamericano para el futuro- el principal enemigo junto al socialismo de nuestro "hombre liberal"-"homo oeconomicus".
Paradójicamente el país de la libertad. EE.UU, debido a la crisis producida por el exceso de libertad en las relaciones y transacciones económicas, se ha visto obligado a actuar como esos despreciables sociatas keynesianos, interviniendo la economía con un plan estatal de rescate financiero. Pocos se han equivocado y son responsables, pero muchos van a pagar no siéndolo. Aquí tiene el paréntesis en la economia de mercado que demandaba el presidente de la CEOE. ¿Lo habría imaginado hace tres años? Que fácil es unirse al sistema pese a llevar años intentando socavarlo para que los ricos aumenten sus beneficios y cuentas liberales en el extranjero evadiendo impuestos.
Pese al ejemplo tan claro de las consecuencias de un sistema liberal salvaje como el norteamericano, nuestros ilustres liberales neoconservadores, haciendo gala de la nula visión política que les caracteriza, pues sólo ven dinero, no beneficio común, siguen aplicando medidas "liberalizadoras" de servicios básicos como la sanidad o la educación. Y ello complementado con la presencia reevangelizadora en dichos servicios, para servir a todos con su luz cegadora, de la madre iglesia. Una mezcla tan explosiva como inexplicable, pero real y preocupante.
La crisis ninja, subprime o financiera, sólo es la culminación de unas políticas inhumanas y voraces del mismo sistema político con el pueblo de EE.UU, porque el solo hecho de la falta de un sistema público de asistencia sanitaria en un país de ya más de 300 millones de habitantes, con 36,5 millones de pobres y 47 millones de personas sin seguro médico pone en entredicho todo el sistema y la idea de hombre en que se asienta.
Un caso muy conocido de la falta de preocupación por lo público en EE.UU es el acaecido en los años 80 con las compañias de coches, las cuales para aumentar sus ventas compraron las empresas de autobuses urbanos y las llevaron a quiebra; ello aumentó en efecto sus ventas de coches debido a la necesidad de desplazarse de los ciudadanos pero excluyó a muchos de ellos, al no poder desplazarse en coche por no poder comprarlo y no haber autobuses. Muchas de estas personas quedan recluidas en sus barrios y no conocen apenas la ciudad donde viven. De ello se derivan guettos y los problemas asociados a ellos. Esto, junto al caso de EE.UU y la crisis, es solo un ejemplo gráfico del que debemos deducir que para ejercer la libertad no sólo es necesario eliminar obstáculos para poder disfrutarla sino crear reglas para asegurar el poder ejercitarla en igualdad y con responsabilidad.

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