miércoles, 27 de agosto de 2008

Retazos de África.


Raras situaciones en las que me he visto envuelto en estas vacaciones gracias a poder viajar a sitios tan dispares como Irlanda o Malí. Ya sabemos que viajar abre la mente pero también puede paralizarla por los contrastes vistos y los interrogantes que nacen de los mismos.

Evidentemente África es un continente tremendamente heterogéneo en lo cultural y lo político, y servidor solo ha sido testigo efímero de paso en Marruecos, Mauritania y Malí. Los tres son países musulmanes. Mauritania es una república islámica; es en éste país donde más se percibe y muestra el modo de vivir islámico. También es relevante que recibe jugosas "donaciones" saudíes para construir mezquitas y expandir su ideología wahabita, "madre" de exaltados como los que asesinaron a la familia francesa en Aleg. De los tres países el mauritano es el más retrasado en todos los ámbitos; su política está dominada por los generales y los golpes de estado son constantes; tenemos experiencia de ello pues hubo uno dos dias antes de que entraramos al país.

España tiene un papel relevante en la situación de Mauritania, pues tiene importantes intereses pesqueros en el mismo, que hacen tomar a nuestro gobierno una posición tolerante hacia lo que ocurre, aunque sea un golpe de estado, con tal de mantener los acuerdos de pesca. Esto es la razón de estado de un país sobre el interés del pueblo de otro, pese a que el mismo ha solicitado elecciones democráticas en manifestaciones recientes.

Si algo ha marcado nuestra visita a Mauritania han sido los constantes controles militares y policiales, y el soborno practicado en los mismos a lo largo del país. Cada ciudad mas o menos importante tenia dos controles, uno a la entrada y otro a la salida, luego a lo largo de nuestro trayecto por todo el país hemos pasado una veintena de ellos, en los que debíamos de entregar cada persona una ficha con todos nuestro datos. Con ellas pueden reconstruir perfectamente nuestro viaje, el itinerario, las paradas, etc. Un estado de control absoluto en el que los únicos vigilados éramos nosotros, pues no ví a ningún mauritano entregar fichas o "donar" a los guardias el "cadeau"(regalo). En cada control sentias la indefensión ante la autoridad representada por los gendarmes, debido a su arbitrariedad; estábamos a su libre arbitrio, podían registrarte o no, pararte o no, pedirte la documentación o no; ante ello y para evitar problemas la mejor solución, el "regalito". A veces te lo pedían directamente, otras te preguntaban por los negocios o te pedían una "contribución" a la gendarmería.

Uno de nosotros fue extorsionado en el puesto de entrada a Mauritania en Bir Gandouz por los militares, que cuando llegas te encierran en una pequeña habitación con dos policias dentro y uno en la puerta, que se mantenía cerrada siempre que estabamos uno dentro. Ambiente kafkiano, y cierto recuerdo a Josef K. Te preguntan lo que quieren y te extorsionan como quieren; mi miopía ascente me salvó de perder las gafas de sol, que le gustaron al jefe. No tuvo tanta suerte un amigo, que tuvo que pagar en la encerrona dinero para poder recuperar su pasaporte.

Al ser una república islámica no permiten beber ni introducir alcohol, pero hacen la vista gorda con botellas de alcohol por los regalitos. La capital de Mauritania, Nouakchott, es un caos circulatorio constante de Mercedes 190, el coche mayoritario entre los mauritanos que poseen uno. El mercado de la ciudad está lleno de pequeños puestos con techo de ramas y todo tipo de productos, entre los que destacan los pecados recogidos por los cayucos, los mismos que parten para Canarias.

De los tres países visitados es el más cercano a Europa, Marruecos, el que más se asemeja a nosotros en cuanto a desarrollo; me ha sorprendido la política marroquí en el antiguo Sáhara español, no el ser consciente de la misma, que lo era, sino el verla plasmada en el terreno. Muchas ideas plasmadas en dicha zona recogen muchas sugerencias de Maquiavelo explicadas en su "Príncipe" acerca de como hacer que una zona ajena sea propia no sólo por derecho sino también por la convicción de los que habitan esa zona de que es así, y de que es bueno que mantenga en el futuro. En ciudades del Sáhara español como Laayoune se mantienen vestigios del pasado español: calles rotuladas en castellano, cientos de Land Rover fabricados en Santana abandonados por los españoles y hispanohablantes. Se está dando una colonización del Sáhara por Marruecos de diversas formas; la primera de ellas es construyendo barrios y casas nuevas para desplazar a las mismas a marroquíes para tener mayor presencia del colonizador; el ejército es otro elemento colonizador relevante, pues ciudades como la mencionada Laayoune y Boujdour están llenas de sedes permanentes de múltiples unidades del ejército marroquí, que ha reutilizado algunas viejas instalaciones españolas. Las maniobras militares en territorio sahariano han sido bastante multitudinarias y bastante visibles por nosotros. Todo Marruecos en general, pero en especial el Sáhara y las ciudades mencionadas, estan llenas de miles de banderas marroquíes y de gigantescos retratos del rey marroquí que recuerdan por su forma y estética a los de Sadam Hussein en Irak; el rey aparece vestido de militar, con traje de chaqueta, con chilaba, degollando un cordero, etc.
La inversión de dinero marroquí en territorio sahariano es palpable en las ciudades, que tienen, a diferencias de muchas del norte de Marruecos, bonitos parques, gran limpieza, etc. Es significativo el encuentro con un saharaui en la entrada a Marruecos en Bir Gandouz; era un chico de 22 años que estudiaba en Laayoune; él y su familia fueron registrados minuciosamente, hasta la saciedad, tal como el chico me dijo que iban a hacer. Ello confirmó el trato "especial" que sufren; son sospechosos por ser saharauis como otros los son por ser latinos en EEUU o gitanos en Italia.
Por último comentar la situación de Malí desde mi experiencia; parece que es un país que va por el buen camino, pues ha reducido en los últimos años el PIB dedicado a gasto militar, aunque tiene problemas graves, como el encarecimiento de la vida y de la comida, y el tener a la mitad de la población con menos de 30 años, muchos con menos de 15. Dicho esto no era raro encontrar en los campos a multitud de niños trabajando la tierra pese a los muchos carteles en contra del trabajo infantil a lo largo de Malí. Los viejos que ví, contados con una mano.
La carretera más importante del país, que lo recorre de oeste a este, ha sido financiada por la Unión Europea; pese a ello hay que pagar un peaje por circular por ella. Doble beneficio para ellos, la tienen y además le sacan beneficio. La UE tiene múltiples proyectos en Malí; hay que destacar también el programa de los EEUU contra el SIDA, el USAID, que tiene muchos centros a lo largo del país para ofrecer asistencia a enfermos seropositivos. Las campañas contra el SIDA son visibles en todas las ciudades; hay múltiples carteles invitando a hacerse la prueba, a solidarizarse y a ayudar a los enfermos. Es curioso que en los carteles las personas que aparecen estén pintadas de blanco y no de negro.
En muchos sitios de Malí había esloganes del tipo; "Yo pago mis impuestos a la comuna, ¿Y tú?","Nuestro objetivo es la seguridad y una oportunidad para cada niño". Incluso el país tiene un eslogan propio al estilo francés; "un país, una fe, un destino". Ya se sabe que lo primero para cambiar la realidad es la intención y al menos en apariencia ella se da en Malí. Tanto en Nioro du Sahel como en Bamako, capital de Malí, destacan por sus proporciones los monumentos a las víctimas del colonialismo. Sarkozy no es muy querido por Malí después de su discurso de Dakar en el que entre otras ideas, minimizó los efectos del colonialismo; en una parte de su discurso escrita pero no pronunciada oficialmente se decía que "los negros se encargaron de vender a sus compatriotas". Tienen muy presente su pasado y la presencia europea, y no vacilan algunos en acusarnos de avasallar sus costumbres, no respetar sus leyes y creernos mejores que ellos. "La única diferencia entre tú y yo es esto, la piel" me decía un vendedor que me acosaba en Bamako después de decirle por vigésima vez que no deseaba nada. ¡Ojalá fuese la piel la única diferencia entre tú y yo pensaba en ése momento!
De todas las ciudades visitadas a lo largo del viaje la que más me impactó fue Djenné; conocida mundialmente por su mezquita, patrimonio de la humanidad. Si un medievalista buscase en el mundo una ciudad parecida en la actualidad a una medieval, ahí tiene a Djenné, que cumple la estructura medieval de ciudad (catedral y miseria absoluta alrededor) pero en vez de catedral tiene mezquita. Calles estrechas, sin asfaltar, sin agua, sin luz, llenas de vertidos fecales mezclados con el barro producido por las constantes lluvias, etc. El paseo por la medina fue una inmersión en la miseria y la pobreza absoluta, pero también en ella los niños pequeños reían cuando les daba la mano, ajenos a todo.
A diferencia de Marruecos y Mauritania, en Malí son visibles las iglesias protestantes y católicas, lo que es reflejo de una mayor tolerancia religiosa. Para terminar y dejar de aburrir el eslogan que me llamó más la atención de todos, el del banco BINYALI "El banco que no presta dinero a los ricos". Esta frase resume la situación de Malí en la actualidad, pero hay que decir que hay esperanza y ella se llama EDUCACIÓN; en todos los lugares que he visitado he visto colegios y la mayoría de chicos con los que he hablado van a los mismos, así que sólo podemos depositar la esperanza de progreso en este proceso tan lento y arduo, pues si la tuviese que centrar en nosotros los ricos, no me apostaría ni un franco CFA viendo nuestro comportamiento en la lejanía y cuando estamos entre ellos.



viernes, 8 de agosto de 2008

PERICLES Y EL CHOFER DE BIN LADEN

Así sentenció el más polémico de los gobernadores de EEUU, el carnicero Rick Perry, cuando una periodista le preguntó sobre el caso de un condenado a muerte mexicano: “El tribunal de La Haya no tiene jurisdicción en Texas”. En ese momento, José Ernesto Medellín, a pesar de las protestas del gobierno mexicano y la petición para la revisión de su caso por parte de la Corte Internacional de Justicia, era ejecutado en la cárcel de Huntsville. El Tribunal Supremo estadounidense ya había sentenciado que el gobierno federal no tenía la autoridad unilateral parta hacer cumplir a los tejanos los dictámenes de la justicia internacional. Una sentencia que coloca a EEUU fuera de la órbita jurisdiccional internacional y que compromete el tratado de Viena acerca de las Relaciones Consulares y la garantía que éstas suponen para cualquier detenido extranjero a pedir ayuda al consulado de su país; y que ha convertido Texas en un castillo feudal, donde el que blande la espada más grande manda, y donde la ley es hija de la sensibilidad de un puñado de cowboys émulos caballeros de una mesa redonda donde se rinde homenaje al pistolero de los pistoleros: Mr Perry y su colt 45.
Parece que el sueño americano se ha propuesto darle la razón a Hobbes y llevarlo más allá de su Leviatán, convirtiendo el panorama internacional en un estado de naturaleza beligerante y haciendo que la democracia albergue una carnicera plagada de injusticia al más puro estilo medieval. Algo de gracia debe hacerle al yemení Salim Hamdam la impenetrabilidad jurídica con la que Perry ha dotado a Texas. Sí; porque parece ser que determinados países no solo no gozan de la posibilidad de apelar a la ley internacional, sino que lejos de eso, sus ciudadanos apenas saben que ley los condenará y de que consenso y país provendrá. Al pobre Salim ya se lo han puesto bastante claro: te condena EEUU, o mejor dicho, un puñado de marines sin nada mejor que hacer que dar un poco por el culo.

La sentencia dice que Salim es culpable de “apoyo material al terrorismo”. !!!!!!!!! Todas esas exclamaciones parecen pocas cuando descubrimos que Salim Ahmed Hamdan era chofer, trabajó cuatro años para Bin Laden, (como lo hubiera hecho para Joselito) porque necesitaba dinero (cobraba unos 126 euros al mes), que Khalid Sheik Mohammed, cerebro de los atentados contra las torres gemelas, testificó que el pobre Salim no tenía nada que ver en las operaciones militares, entre otras cosas porque solo estaba preparado para cambiar el aceite del coche, lavar los filtros y poco más.
Guantánamo tiene que tener alguna salida jurídica, entre otras cosas para que la Historia no recuerde a Bush y a Blair como los genocidas más sanguinarios del siglo XXI. De los 800 presuntos terroristas que fueron encarcelados en Guantánamo desde el 11 de enero de 2002, unos 500 han sido liberados exentos de cualquier culpabilidad, aunque por supuesto llevando a sus espaldas el peso de la tortura sistemática que nuestra civilización les ha impuesto durante lo penoso de sus vidas y durante su estancia ilegítima en la cárcel. Salim ha carecido de los derechos básicos durante los seis años que ha estado encarcelado sin conocer sus cargos, amen de los interrogatorios ilegales y la tortura a la que se ha visto impuesto. Para que todo tenga sentido, un marine lo condenará a cadena perpetua haciendo un alarde de imaginación y manteniendo el discurso pacificador de la gran metrópoli para justificar que la muerte de algunos no vale una mierda si con ella pagamos la estabilidad y el orden de las democracias que tanto nos costó fundar.
Que pasaría si en realidad fuésemos los malos…. Si nuestra forma de vida no fuese más que el reflejo de una carnicería y una depredación sobre los pueblos que surten de materias primas a nuestro tecnificado mundo. ¿Qué deberíamos de hacer? Pericles por boca de Tucídides lo tenía claro y cito un fragmento de la Historia de la Guerra del Peloponeso: “Este imperio que poseéis (se refiere a la democracia ateniense y sus colonias) ya es como una tiranía: conseguirla parece ser una injusticia, pero abandonarla constituye un peligro”. ¿Estamos en esa situación?, ¿somos los tiranos y ya solo nos queda perpetuar este estatus quo de violencia para evitar que se vuelva contra nosotros? ¿Somos justos con Oriente Medio cuando lo sentenciamos ideológicamente escondiendo nuestra praxis basada en la fuerza, el sometimiento y la injusticia sistemática?
Tucídides tiene la solución y el problema: la democracia necesita de la guerra y de la conquista para mantener el bienestar y con él la cohesión de sus ciudadanos libres.
Mira para donde quieras lector, pero recuerda que cuando muevas las manos, salpicarás de sangre al que esté a tu lado.

miércoles, 6 de agosto de 2008

EL REY QUE VINO DEL CIELO

“Somos seres energéticos” y nuestra energía procede de un ser superior. La explicación del complejo mundo y de los seres que en él habitamos esclarecidos por la mística de las palabras del gurú Dragan Dabic, a la postre una ficción hecha carne que ocultaba al malogrado carnicero Radovan Karadzic, padre legítimo del sesgo de millones de vidas humanas en la guerra serbo-bosnia. Como si de una paradójica metáfora se tratara, su caso ilumina el carácter inviolable del poder, aquello de lo que parece, no puede desprenderse cuando el público que lo soporta “mira el dedo cuando el sabio señala la luna”: su sacralidad.

Omar Hasan al Bashir, el genocida sudanés, se agarra a los mismos argumentos teológicos para salvar las apariencias ante un pueblo incapaz de comprender lo que le ocurre, inofensivo ante los acontecimientos. Cuando en Al Fasher, ante una multitud ávida de lider y exenta de memoria, arguye: “no nos postraremos ante nadie mas que ante Dios”, parece deducir de la calamidad, su carácter mediador, similar a aquel que el vicario de Cristo presumía poseer: el nexo de unión entre esa fuerza trascendente (la única capaz de establecer lo justo) y el resto de los mortales. Ese parece ser el tribunal que esperan algunos, el control que ceden al poder tiránico, el efecto infame de dejar la vida en manos de otro, de organizar el mundo en criaturas, dioses y héroes ufanos.

Algo parecido ocurre, salvando las diferencias, con el campeón Uribe. Una suerte de Aquiles iracundo capaz de hacer olvidar la corrupción y la ineficacia ofreciéndole al pueblo el logro militar esperado; estableciendo con él, un clientelismo de rememoraciones feudales: “yo elimino a vuestro enemigo; vosotros me juráis lealtad eterna y me concedéis poderes absolutos”. Quizá el Leonidas que necesita Colombia; quizá la enfermedad crónica de su democracia.

Es posible que la democracia adolezca ante las circunstancias; que su debilidad sea la conjunción de los hechos humanos y los hombres que lo administran; quizá la falta de una virtud pública, quizá sencillamente su imposibilidad ante la violencia.

Puede que sea verdad que el pueblo se vuelva inoperante cuando la situación es conflictiva y prefiera un Napoleón que les de sentido o un Mesías que les de salvación o castigo, antes que un Madison que les pinte la realidad con su crudo color. Decía Russell que cuando los filósofos no pueden incidir en el poder inventan religiones; decía Madison que jamás nos pondremos de acuerdo y que ese debe ser el principio de gobierno.

Alguien debería decirle al mundo y al pueblo expectante que ambos llevan razón. Hacerles olvidar la magia de aquellos que unidireccionan sus vidas, desenmascarar cualquier atisbo teológico-trascendente o heroico-tiránico que amenace su democracia; y acercarlos al laberinto que supone ser ciudadano y vivir en democracia; destacarles que esa es su única savia.