miércoles, 24 de junio de 2009

"El público" de Lorca.

El teatro vuelve a ser un espectáculo de primera dimensión; recupera su valor, su antiguo brillo, entre otras razones, por su capacidad de crítica respecto a un mundo cada vez menos comprensible. Se vuelven a llenar las salas como antaño pese a la crisis, y entre los autores que vuelven a primera fila destaca Lorca; en su obra "El público" nos plantea un dilema; ¿Qué desea ver el público? ¿Qué es lo que busca cuando acude a un teatro? ¿Ficción o realidad? Podría ser que nos interese el como somos, es decir, el personaje, los papeles que desempeñamos en apariencia ante los demás;por contra, algunos estarían, tal vez, buscando lo que de verdad somos, lo oculto tras la apariencia, lo que no proyectamos a los demás en nuestra acción diaria pero la determina totalmente. Uno de los personajes afirma que debemos "Destruir el teatro o vivir en él", es decir, vivir en la apariencia o mostrarnos como realmente somos, sin tapujos ni prejuicios.
El teatro casi siempre se centra en lo visible, es un reflejo de las máscaras y roles que desempeñamos, supone una autocrítica proyectando lo que somos en el escenarios, nuestra grandeza y nuestras miserias; dando a entender lo que somos realmente por lo que proyectamos o aparantamos ser. Tras lo paarente se oculta aquello que lo afecta, lo invisible en lo cotidiano. Desde el punto de vista freudiano podríamos decir que la obra intenta mostrar aquelo oculto, el inconsciente, que determina en gran manera nuestra vida consciente;por ello la obra de Lorca se ocupa de impulsos o instintos ocultos a los demás; como las "desviaciones" sexuales, la homosexualidad - representada en Dalí en la obra-, el odio, etc. Produce pavor saber como somos realmente.
Lorca critica la reducción del teatro a mero espejo de la apariencia, y recrimina al público su complacencia al desear simplemente una caricatura festiva de sí mismo, no un análisis profundo y doloroso; se obvia aquello que determina nuestro verdadero yo - que bien sabemos que poco coincide con el que tienen los demás-y no somos conscientes que más importante que lo que muestra un hombre es lo que oculta. La frase clave para comprender la obra es que en ella se hace "un teatro debajo de la arena", centrado en aquello que nos determina sin mostrarse, en lo que se es, por doloroso que sea, no en lo que se aparenta ser.